domingo, 23 de marzo de 2025

Podcast: Freinet y Freire una mirada conjunta a la educación como emancipación




 


Síntesis de la obra "Pedagogía de la autonomía" de Paulo Freire

 


En su obra” Pedagogía de la autonomía”   Paulo Freire plantea que  la educación  , nunca es neutral ,  todo lo contrario es un  acto  político,   ético y social  ,  en  donde el educador  debe estar comprometido   profundamente  en la construcción de una  sociedad  determinada. La educación según Freire, implica elegir un modelo de sociedad, de posicionamiento político desde lo ético y con miras a la justicia social .  Por lo tanto, esta  no debe ser concebida  como   transmisión  de conocimiento,  sino que   se debe  fundamentar  en enseñar a pensar acertadamente desde  donde se puede  participar  activamente en los procesos  de transformación social, combatiendo la  desigualdades sociales y las  estructuras de poder  presentes  en la sociedad .

En este orden de ideas, Freire destaca un elemento esencial que debe tener la educación   y es la concientización, la cual implica la formación de estudiantes capaces de interpretar críticamente su realidad, cuestionar las injusticias y las ideologías de poder  y  participar activamente en la transformación social.  Este proceso implica una   educación crítica que no solo informe, la cual   el autor la denomina educación “bancaria”, sino  por el contrario  una educación  que genere una  actitud  critica , comprometida y consciente   de los problemas sociales . Por ejemplo alude a la relevancia que   tiene este tipo de educación   en contextos sociales en donde prevalece la pobreza y la exclusión, señalando que  la educación  desde esta perspectiva  puede  empoderar a las comunidades  para cambiar  sus  condiciones de  vida .

En este sentido,  el diálogo es una de las principales fuentes   vitales e indispensables para este proceso,  Freire enfatiza  que  no es una simple  conversación , sino   que es  el establecimiento de un  dialogismo entre  estudiante y docente , donde se reconocen mutuamente   como sujetos activos  y críticos del aprendizaje. Este diálogo  permite valorar profundamente los saberes previos, las experiencias culturales,  las realidades de los estudiantes   y el contexto   en que se encuentra la institución, por lo tanto,   el autor  subraya  la importancia de la cultura  local,  los  conocimientos comunitarios y  afirma que  estos  son  esenciales para  una  educación  significativa y liberadora .

Por otro lado, está la categoría de la autonomía, ya que   el autor enfatiza en la importancia de  que los individuos sean   capaces de pensar   independientemente y tomar decisiones críticas y fundamentadas,  sobre su vida y  su entorno  social . El respeto hacia la autonomía implica reconocer a un estudiante como un sujeto de derecho, capaz de expresar  su pensamiento crítico, capaz de actuar   como   ciudadanos libres, responsables  y comprometidos .

De igual  forma , la práctica y la experiencia  también  es esencial  en la  enseñanza ,  Freire afirma  que la verdadera educación debe   conducir a la acción  trasformadora , donde  reflexión y acción se complementan  permanentemente, el autor crítica las prácticas educativas que separan teoría y práctica, destacando que el conocimiento adquiere sentido real solo cuando moviliza hacia la transformación de la realidad.

 Freire introduce   así mismo el concepto de “enseñar   como especificidad humana”,  destacando  con ello  que la  enseñanza   no es una mera   transferencia  de  conocimientos ,  sino  una actividad  profundamente   humana  que involucra   emociones , valores éticos , creatividad  y compromiso  social. El educador debe, por tanto, actuar con humildad, tolerancia, y convicción ,  consciente  de su  propia  condición humana e inacabada , siempre  abierto al aprendizaje  y a la  reflexión  crítica   sobre  su practica.

Asimismo,  este autor  enfatiza la necesidad de desarrollar la curiosidad crítica y fomentar la investigación creativa, asegurando que no hay enseñanza sin investigación ni investigación sin aprendizaje. La curiosidad crítica permite cuestionar lo establecido, fomentando la creatividad y la capacidad de generar nuevas ideas y soluciones frente a problemas sociales complejos.

El educador debe también ejercer buen juicio para identificar correctamente las necesidades de los estudiantes, siendo capaz de cuestionar las certezas establecidas y adaptándose a las circunstancias cambiantes del contexto educativo. Freire advierte sobre el peligro del fatalismo en la práctica educativa, enfatizando la importancia de no permanecer indiferente ante las injusticias y de luchar activamente por los derechos educativos y sociales.

La alegría, esperanza y convicción en el cambio son también pilares fundamentales en la pedagogía, Freire sostiene que educar debe ser siempre una práctica cargada de optimismo y la certeza profunda de que, mediante la educación, es posible lograr una transformación positiva y justa de la sociedad.

Finalmente, este autor aporta significativamente al debate actual sobre formación ciudadana, especialmente en tres aspectos fundamentales. En primer lugar, sostiene que la educación crítica es esencial para formar ciudadanos capaces de interpretar la realidad social, especialmente en contextos actuales dominados por la manipulación mediática y la desinformación. En segundo lugar, concibe la educación como práctica de libertad, indispensable para el fortalecimiento democrático y la defensa de los derechos humanos en situaciones de riesgo social y político. Por último, subraya la necesidad de reconocer y valorar activamente la diversidad cultural, promoviendo una ciudadanía inclusiva, democrática e igualitaria que combata efectivamente cualquier forma de discriminación y exclusión social.

 Referencias bibliográficas

Freire, P. (2004). Pedagogía de la autonomía: Saberes necesarios para la práctica educativa ((págs. 6 a 22). Siglo XXI Editores. Recuperado de https://www.google.com/search?q=pedagogia+de+la+autonomia.+p.freire

Universidad Pedagógica Nacional (Unipe). [Unipe]. (sf). Paulo Freire [Vídeo]. YouTube. Recuperado el 23 de marzo de 2025, de https://www.youtube.com/watch?v=t-Y8W6Ns90U

 

 

 

 

 

 

  

Revista digital Escolar " Biodiversidad Galanista " 

domingo, 9 de febrero de 2025

Mapa Mental la Educación desde Rousseau y Dewey

 Rousseau a Dewey: Legados Pedagógicos que Aportan a la Pedagogía Actual

 

 

"El objetivo de la educación es la formación de seres capaces de gobernarse a sí mismos, y no de ser gobernados por otros."

Herbert Spencer (1820-1903)

 


En las últimas décadas, las políticas públicas en Colombia han sido delineadas bajo los principios económicos e ideológicos del neoliberalismo, gestionadas con criterios de eficiencia, productividad y competitividad. Este modelo educativo ha priorizado las pruebas estandarizadas como indicador de éxito, dejando de lado la diversidad de los niños, sus ritmos de aprendizaje individuales y los contextos específicos en los que se encuentran inmersas las instituciones educativas. En consecuencia, se ha consolidado un sistema basado en la evaluación cuantitativa, donde los resultados no solo determinan el rendimiento del estudiante, sino también el prestigio institucional y la distribución de recursos.

Frente a esta realidad, las contribuciones de Jean-Jacques Rousseau y John Dewey continúan siendo fundamentales. Sus propuestas abogan por una educación basada en la autonomía, la experiencia y el aprendizaje crítico, principios que contrastan con el enfoque mecanicista y cuantitativo predominante en la actualidad.

En su obra “Emilio”, Rousseau plantea que la educación debe centrarse en la experiencia más que en la acumulación de conocimientos teóricos. Para él, la sociedad corrompe la naturaleza humana, por lo que es fundamental diseñar un sistema educativo que fomente la independencia del estudiante. Afirma: "No le des a tu alumno ningún tipo de lección verbal; él solo debe recibirlas de la experiencia" (citado en Valenzuela Vila, 2009, p. 3). Esta postura contrasta con el modelo pedagógico vigente, caracterizado por la sobre explicación, la repetición mecánica y la falta de espacios para la reflexión crítica y la creatividad.

A pesar de los avances en teoría pedagógica, el sistema educativo sigue arraigado en la estandarización, sin reconocer la diversidad de habilidades y ritmos de aprendizaje. Dewey (1977) defiende una educación como fenómeno social y democrático, en el cual el aprendizaje ocurre a través de la interacción con el entorno y la resolución de problemas reales. En este sentido, sostiene que "la educación es, pues, un proceso de vida y no una preparación para la vida ulterior" (Dewey, 1977, p. 3). Esta perspectiva es relevante hoy en día, cuando el sistema educativo se centra excesivamente en la capacitación para el mercado laboral, dejando en segundo plano el desarrollo integral del individuo como ciudadano crítico y activo en la sociedad.

En la era de la tecnología , la educación debe trascender la formación técnica para promover habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptabilidad. Es crucial diseñar escenarios pedagógicos en los que los estudiantes participen activamente en la construcción del conocimiento y la transformación de sus realidades. Dewey resalta que el estudiante debe desempeñar un papel activo en su aprendizaje y enfatiza que "el maestro no está en la escuela para imponer ciertas ideas o para formar hábitos en el niño. Está allí como miembro de la comunidad; debe seleccionar las influencias que afectarán al niño y ayudarlo a responder a ellas" (Dewey, 1977, p. 4).

En la mayoría de los sistemas educativos contemporáneos, la enseñanza mantiene un enfoque tradicional y unidireccional, donde el docente es el único que trasmite el conocimiento y el estudiante es quien lo recibe de una   manera pasiva. Esta dinámica restringe el desarrollo de la curiosidad, la creatividad y la capacidad de cuestionamiento, elementos esenciales para un aprendizaje significativo.

En contraste con esta realidad, tanto Rousseau como Dewey sostienen que la educación debe fomentar la autonomía y el pensamiento crítico del estudiante. Rousseau destaca la importancia de la libertad y la experiencia como pilares del aprendizaje, mientras que Dewey concibe la educación como un proceso esencial para la formación de ciudadanos democráticos, capaces de interactuar y transformar su realidad. Sin embargo, a pesar de estas perspectivas pedagógicas, el modelo educativo actual continúa priorizando la eficiencia y la cuantificación de resultados sobre el desarrollo integral del estudiante, lo que limita su capacidad para reflexionar y participar activamente en su entorno.

Las propuestas de Rousseau y Dewey siguen siendo fundamentales en el debate sobre la educación contemporánea. La falta de experimentación, autonomía y participación es una problemática persistente en las instituciones educativas. La educación no debe limitarse a preparar a los estudiantes para el mercado laboral; debe ser una herramienta poderosa para formar ciudadanos críticos, conscientes de su realidad y capaces de transformar su entorno. Como expresa Dewey (1977): "La escuela debe representar la vida actual, una vida que es tan real e importante para el niño como la que vive en casa, en el vecindario o en el patio de recreo" (p. 2). Por ello, es imprescindible promover políticas educativas que favorezcan enfoques abiertos, centrados en el estudiante y que integren la experimentación y la reflexión. 

 

Referencias Bibliográficas  

  

Calderón V., E. (2012, abril 14). Rousseau y la educación [Vídeo]. YouTube. Disponible en https ://www .youtube .com /watch ?v =57HBvc9Mh5Q 

Dewey, J. (1939). Mi credo Pedagógico. Buenos Aires, Losada. Disponible en: https://www.fceia.unr.edu.ar/geii/maestria/TEMPORETTI/Dewey_Mi_credo_Pedagogico.pdf 

Larrauri, M. (2016, octubre 16). La educación según John Dewey [Vídeo]. YouTube. Disponible en https ://www .youtube .com /watch ?v =EE84Z5rAnrA Madrid. Disponible en: https://www.biblioteca.org.ar/libros/151557.pdf 

Valenzuela, M. (2009). La educación en el Emilio de Rousseau: infancia, adolescencia y mujer. Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. 

 

sábado, 24 de agosto de 2024

 

 

Calidad Educativa en Colombia: Más Allá del Mercado, Hacia una Educación que Respete y Fortalezca los Territorios

En las últimas décadas, la educación en Colombia ha experimentado una transformación significativa, pasando de ser vista como un derecho fundamental a convertirse en un servicio que opera bajo las reglas del mercado internacional. Este cambio ha sido impulsado por políticas públicas neoliberales que han reconfigurado el sistema educativo, alejándolo de su objetivo original de formar seres humanos íntegros, críticos y creativos. Como señala Pulido Chaves (2009), "la discusión vigente durante las últimas décadas en relación con la calidad de la educación ha estado regulada por el discurso neoliberal que recoge, sustancialmente, conceptos ligados al mundo de la producción industrial" (p. 9). En lugar de centrarse en la formación integral y humanista, la educación se ha orientado cada vez más hacia un enfoque instrumental y técnico, diseñado para satisfacer las demandas del mercado global.

Esta transformación ha llevado a que las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, compitan entre sí no solo por recursos, sino también por reconocimiento, basado en estándares de calidad impuestos por organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).   Como lo plantea Niño (2011):

Para el Banco Mundial y los neoliberales la educación debe estar al servicio del mercado, propósito enmascarado con un demagógico discurso técnico – científico – humanístico que condiciona el crecimiento económico y estabilidad sociopolítica de las naciones al estricto cumplimiento del recetario educativo neoliberal; para ello se apoyan en equipos de élite preparados por el Banco dirigidos específicamente a adecuar los sistemas educativos para formar capital humano, nuevo término acuñado para referirse a los ejércitos de reserva, factor indispensable en el modo de producción capitalista para deteriorar salarios y condiciones laborales de quienes no tienen otra cosa que vender sino su trabajo para beneficio de los  empleadores (p 4)

Estos estándares, reflejados en evaluaciones estandarizadas como las pruebas PISA y las pruebas de estado ICFES, promueven una visión de la educación que prioriza la eficiencia, la productividad y los resultados medibles. Sin embargo, como lo afirma Pulido (2009) “este enfoque ha provocado que las pruebas SABER y los exámenes de Estado actúan como un ranking que avala la oferta institucional en el mercado educativo y no como un instrumento de validación de calidad pedagógica, útil para fortalecer las garantías del derecho a la educación" (p. 7), ignorando las necesidades y realidades locales de un país tan diverso y pluricultural.

Como resultado, la educación ha pasado de ser un proceso integral, centrado en el desarrollo de la creatividad, la empatía y la capacidad crítica, a un modelo que privilegia la formación de individuos técnicamente competentes para el mercado laboral. Este cambio ha afectado la concepción de la educación como un derecho, y, en consecuencia, el sistema educativo colombiano se ha alejado de su misión de fomentar seres humanos libres y reflexivos, convirtiéndose en una herramienta al servicio de una economía global que perpetúa las desigualdades y limita el potencial transformador de la educación.

La estandarización y homogenización de las políticas públicas en el ámbito educativo ha profundizado aún más las brechas existentes entre los múltiples territorios de Colombia. A medida que se implementan políticas educativas que buscan uniformidad en los estándares de calidad, como las pruebas PISA y las pruebas de estado ICFES, se desconoce la diversidad y complejidad de los contextos territoriales en el país. Colombia es un país diverso, multiétnico y pluricultural; sin embargo, este reconocimiento, lamentablemente, queda relegado al papel en la Constitución, convirtiéndose en letra muerta, ya que, en la práctica, estas diversidades son ignoradas y excluidas de la realidad política y económica.

Por ejemplo, en territorios apartados y de difícil acceso, las comunidades enfrentan necesidades, imaginarios y problemáticas completamente diferentes a las de los centros urbanos. Estas comunidades se encuentran inmersas en contextos que requieren enfoques educativos específicos, adaptados a sus realidades. No obstante, las instituciones educativas en estos territorios son evaluadas bajo los mismos parámetros que aquellas ubicadas en ciudades o zonas urbanas, donde las dinámicas y posibilidades para garantizar derechos y servicios básicos son muy distintas. Como resultado, las instituciones en regiones como Guainía, Chocó, y otros lugares con altos índices de pobreza, marginación y violencia, tienden a ubicarse muy por debajo en el desempeño de las pruebas Saber 11. Pero estos resultados no reflejan las capacidades reales de los estudiantes ni los esfuerzos pedagógicos de las instituciones, sino más bien, la desconexión entre los estándares impuestos y las necesidades reales de estas comunidades.

La aplicación de estándares de calidad que buscan homogenizar, sin considerar las particularidades de cada región, no solo falla en reconocer las limitaciones y desafíos que enfrentan estas comunidades, sino que también perpetúa las desigualdades al imponer un modelo educativo que no responde a sus necesidades específicas. Las instituciones educativas en estos territorios, en su afán por cumplir con los estándares de calidad, a menudo se ven obligadas a priorizar los indicadores de desempeño sobre la implementación de soluciones que realmente aborden las problemáticas de sus contextos.

Por consiguiente, es evidente que los resultados en las pruebas Saber 11 no son un reflejo fiel de la educación que reciben los estudiantes. Estos resultados, en cambio, destacan la falta de adecuación de los estándares nacionales a las realidades locales. Las instituciones en estos contextos se ven obligadas a competir en un escenario desigual, donde las carencias materiales y humanas hacen que cumplir con los estándares nacionales sea una tarea casi imposible. En lugar de centrarse en soluciones pedagógicas que respondan a las necesidades de sus comunidades, estas instituciones están atrapadas en un ciclo de cumplimiento de estándares que poco tiene que ver con mejorar la educación en sus contextos específicos.

Este desajuste entre las políticas educativas estandarizadas y las realidades locales no solo exacerba las desigualdades existentes, sino que también limita el potencial transformador de la educación en las regiones más vulnerables del país. Es crucial que se reconozca la diversidad cultural y geográfica de Colombia en la formulación de políticas educativas, permitiendo que las instituciones educativas se adapten y respondan a las necesidades específicas de sus  territorios , en lugar de seguir un modelo impuesto que no refleja la realidad de su entorno.

 Por lo tanto,  la implementación de políticas públicas neoliberales en Colombia ha demostrado ser insuficiente para responder a las verdaderas necesidades del sistema educativo, alejándose significativamente del concepto integral de calidad en la educación. Estas políticas, al ignorar las particularidades de los territorios y reducir a los sujetos educativos a simples objetos de producción, han desvirtuado la esencia de lo que debería ser una educación de calidad. Es fundamental reconocer la importancia de medir la calidad educativa, pero no desde un enfoque empresarial y   de producción, sino desde una perspectiva que priorice la educación como un derecho  como lo   plantea Niño  (2011)“ la educación se considera un derecho fundamental inalienable de cada ser humano y un proceso social encaminado a la formación integral de los seres humanos en sus diferentes aspectos como el ejercicio pleno de la ciudadanía, el desarrollo intelectual, físico, afectivo, cognitivo, laboral, ético, estético, entre otros; en esta concepción de la educación es en donde ésta adquiere la connotación de ser un factor determinante en la tarea emancipadora y libertaria de las sociedades”(p. 4)

 

Las políticas educativas no deben ser diseñadas exclusivamente desde los escritorios en Bogotá, sino que deben construirse a través del diálogo directo con las comunidades en sus propios territorios. El sistema educativo en Colombia debe fortalecerse mediante una mayor inversión estatal y, sobre todo, debe reorientarse para que las instituciones educativas no solo repitan el saber, sino que lo generen a partir de sus contextos locales. Se necesita una educación que contribuya a la sostenibilidad de los territorios y que esté orientada no solo por criterios y estándares internacionales, sino también por soluciones locales que tengan un impacto real en las regiones y sus comunidades. Solo así se podrá avanzar hacia un modelo educativo que respete y potencie la diversidad y riqueza cultural del país, garantizando una educación verdaderamente inclusiva y transformadora.

 

Referencias Bibliográficas

Niño Avendaño, S. (2011). La educación con calidad, un asunto de controversia. *Educación y Cultura, (92) 4-5. Federación Colombiana de Educadores (FECODE).

Pulido Chaves, O. (2011)  La cuestión de la calidad de la educación. *Educación y Cultura, (92)*, 32-37. Federación Colombiana de Educadores (FECODE).

 

 

jueves, 8 de agosto de 2024

Introducción




Bienvenidos a este blog, un espacio dedicado a la reflexión crítica sobre temas fundamentales que moldean nuestra sociedad y nuestro sistema educativo. Aquí, nos adentraremos en el análisis de las políticas públicas en educación, examinaremos las corrientes sociales y culturales que nos configuran, y cuestionaremos las dinámicas de poder y hegemonía que influyen en nuestros  sistema educativos . 

Este espacio también está pensado para ofrecer una mirada profunda a la pedagogía desde la perspectiva de la formación humana. Nuestro enfoque va más allá de la enseñanza tradicional; buscamos explorar cómo la educación puede ser un motor para formar individuos críticos, conscientes y capaces de generar cambios significativos en su entorno.

Te invitamos a unirte a esta conversación, donde cada artículo será una oportunidad para desafiar el status quo, reflexionar colectivamente y avanzar hacia una sociedad más equitativa y educada.

Políticas públicas

 

 El Papel de la Educación en la Transformación Social  del Territorio   en el Meta

 



" La escuela transmite datos, conocimientos, saberes y resultados de procesos que otros pensaron, pero no enseña ni permite pensar”

 Estanislao Zuleta

El departamento del Meta en Colombia ha sido históricamente uno de los territorios más afectados por la violencia y las desigualdades sociales. En este escenario surge una pregunta crucial: ¿Qué está haciendo el sistema educativo para cerrar estas brechas sociales? No solo a nivel nacional, sino específicamente en este departamento. Esta pregunta lleva a reflexionar sobre el papel de la escuela y las políticas públicas que guían el sistema educativo, cuestionando si estas políticas están realmente dirigidas a la producción de conocimiento o si responden a sistemas hegemónicos que se alinean con políticas económicas capitalistas, donde la educación se concibe como un sistema de producción empresarial.

Orlando Pulido Chaves, en su análisis sobre hegemonía y cultura, plantea que las políticas públicas educativas pueden reflejar y perpetuar dinámicas de poder hegemónicas. " En todo esto es claro el papel de los intelectuales. Desde quienes formulan las políticas educativas hasta quienes las implementan en las dependencias oficiales y privadas, pasando por los maestros, los directivos y el personal administrativo de las escuelas, lo que se hace es materializar concepciones sobre la educación y la sociedad. " (Pulido, 2006, p.  238).  Por consiguiente, muchas de estas políticas, en lugar de fomentar un conocimiento crítico y transformador, pueden estar diseñadas para producir individuos económicamente productivos que sirvan al sistema capitalista. Esto convierte a la educación en una herramienta de reproducción social, donde el objetivo principal no es el desarrollo integral de los estudiantes, sino su inserción en el mercado laboral. Según Zuleta, 
( 2010)  “Se trata en esencia de prepararlo como un empleado del capital, por lo tanto, lo importante no es que piense o no piense sino que haya logrado manejar determinadas habilidades que permitan producir resultados determinados”(p.7)

 En el contexto del Meta, esta perspectiva, obliga a examinar cómo las políticas educativas han sido influenciadas por estas dinámicas hegemónicas. La región, marcada por la violencia,  la desigualdad  social y por qué no decirlo, por el olvido estatal, requiere una educación que vaya más allá de la mera instrucción técnica y profesional. Necesita un sistema educativo que promueva el pensamiento crítico, la autonomía y la capacidad de los estudiantes para convertirse en agentes de cambio en sus comunidades, que sean capaces de defender su territorio de la explotación minera, de la ganadería expansiva y los monocultivos de palma africana que impactan   en medio ambiente, las zonas de reserva natural y la  fuentes hídricas.

En este sentido, Humberto Maturana y Francisco Varela, (2002) a través de sus conceptos de biopedagogía y autopoiesis, ofrecen una alternativa a este modelo hegemónico de educación. La biopedagogía concibe el conocimiento como un proceso que se construye a través de la interacción de los sujetos con su entorno y con los demás. Según Maturana, el conocimiento surge de la observación y la experiencia del mundo interior y exterior, transformando a los individuos en seres autónomos y críticos. " es· tarea de los educadores hacer uso de la enseñanza, cualquier enseñanza, como un medio para educar en la creación de! espacio viviente que llevará al estudiante a llegar a ser un ser humano responsable, socialmente consciente y que se respeta a sí mismo. " (Maturana, 2002 p. 42).

 Desde esta perspectiva, es necesario repensar el papel del sistema educativo   en general, en Colombia  y en el Meta , ya que  la escuela debe convertirse en un espacio de convivencia y transformación. Un lugar donde los estudiantes puedan desarrollar una comprensión profunda de su realidad y adquirir las herramientas para cambiarla, pero sobre todo para respetarse así mismo, al otro y a su entorno. Este enfoque reconoce la importancia de la interacción y la experiencia personal en la construcción del conocimiento, promoviendo una educación que sea verdaderamente inclusiva y equitativa.

 

  Por lo tanto, estas transformaciones se dan en la medida que las políticas públicas cambien, puesto que como nos lo   expone Pulido Chaves, quien nos ofrece un marco teórico para entender cómo las políticas educativas pueden actuar como sistemas abiertos que se autoorganizan y se transforman en respuesta a las fluctuaciones del entorno. En el contexto del Meta, esto significa que las políticas educativas deben ser flexibles y adaptativas, capaces de responder a las necesidades cambiantes de la comunidad y de fomentar la autoorganización y la resiliencia, sobre todo la capacidad de convertirse en territorios auto sostenibles.

En este orden de ideas, Pulido  ( 2006) retoma la  teoría  Prigogine  desde   la  cual   afirma  que  “el orden por fluctuaciones es el mecanismo que regula la autoorganización",  (p. 216) indicando que las pequeñas desviaciones pueden llevar a un sistema hacia un nuevo régimen cualitativamente diferente. Esto resalta la necesidad de políticas educativas que no solo respondan a las necesidades inmediatas, sino que también fomenten la capacidad de las comunidades para adaptarse y evolucionar.

Al considerar estas perspectivas, se vuelve evidente que las políticas educativas en el Meta deben ser diseñadas para fomentar el desarrollo integral de los estudiantes, promoviendo el pensamiento crítico, la autonomía y la capacidad de los individuos para convertirse en agentes de cambio. Esto implica una revalorización de la escuela como un espacio de interacción y convivencia, donde las prácticas pedagógicas autopoieticas y biopedagógicas puedan florecer. Este enfoque no solo promueve una educación más inclusiva y equitativa, sino que también contribuye a la construcción de una ciudadanía crítica y participativa.

La implementación de políticas educativas transformadoras, son cruciales en este contexto. Estas políticas deben buscar no solo mejorar el acceso y la calidad de la educación, sino también promover una cultura de paz y convivencia. Las escuelas deben ser vistas como espacios donde se fomente el respeto mutuo, la autonomía relacional y la participación activa de los estudiantes en la vida de   las comunidades, como actores políticos de transformación  y cambio,  que les permita   reivindicar  y dignificar   sus derechos históricamente   vulnerados por la  guerra , la  violencia y el  abandono estatal  en  el amplio territorio del departamento del Meta .

En conclusión, el análisis de los modelos educativos y lo que constituyen las políticas públicas, desde la perspectiva de la hegemonía cultural y las estructuras disipativas, nos muestra la necesidad de una educación que promueva la transformación social. Las políticas educativas deben ser diseñadas para fomentar el desarrollo integral de los estudiantes, promoviendo el pensamiento crítico, la autonomía y la capacidad de los individuos para convertirse en agentes de cambio. La biopedagogía y la autopoiesis ofrecen una perspectiva conceptual importante que lleva a reflexionar y repensar el papel de la escuela, enfatizando la importancia de la interacción y la experiencia personal en la construcción del conocimiento. Solo a través de una educación que humanice y transforme, se podrá cerrar las brechas sociales con el fin de  construir  una sociedad más equitativa y justa en el Meta y en toda Colombia.

 

Maturana, H. (2002). Transformación en la convivencia (2ª ed.). Santiago de Chile: Dolmen Ediciones S.A.

Pulido Chaves, O. O. (2016). Transformación en la Convivencia. Humberto Maturana R. (Fundación Convivencia, Ed.), Revista de Educación, (12), 48-51.

Pulido Chaves, O. (2006). Hegemonía, cultura y educación: Introducción a las estructuras culturales disipativas. CLACSO, CLADE, CME, Buenos Aires.

Suárez, H., & Valencia, A. (Eds.). (2010). Educación y democracia: Un campo de combate. Demófilo. Recuperado de http://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/educacion-y-democracia.pdf